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5 consejos para gripe

Cinco consejos para evitar el contagio de la gripe

Cada año, con la bajada de las temperaturas, vuelve la gripe y con ella regresan también la fiebre, la tos, las molestias musculares y articulares, los dolores de cabeza y de garganta, el malestar…. Síntomas ya conocidos y padecidos por todos.

La gripe es una dolencia que puede afectar a personas de cualquier edad y condición, pero son los mayores de 65 años, las embarazadas, los menores de 5 años y los pacientes con enfermedades crónicas o con inmunodepresión los más propensos a sufrirla, así como el personal médico, debido a su mayor exposición ante los virus.

Por este motivo, la vacunación está altamente recomendada entre esos “grupos de riesgo”. La campaña de prevención suele prolongarse desde la última semana de octubre hasta la primera de enero, así que ahora es un momento perfecto para vacunarse y prevenir complicaciones posteriores.

vacunación gripe

Sin duda, la vacunación es la acción más efectiva, pero existen algunas pautas de prevención que se pueden adoptar para reforzar la protección frente a la gripe y reducir los contagios. Los expertos de Cigna las explican:

 

  1. Costumbres saludables para fortalecer las defensas.

    El virus de la gripe tiene más posibilidades de éxito cuando afecta a personas con las defensas debilitadas. Para fortalecer el estado de salud, es fundamental consumir una alimentación saludable, practicar deporte con asiduidad, dormir ocho horas diarias y renunciar a hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol.

  1. Evitar la sequedad y el frío.

    Los ambientes con calefacción hacen que la nariz y la garganta se resequen y sean más sensibles al ataque de los virus. A ello hay que sumarle la reducida humedad de estos entornos, que contribuye a que los virus se mantengan en suspensión. Por otra parte, es conveniente eludir las variaciones rápidas de temperatura, los líquidos helados y la exposición prolongada al frío.

  1. Seguir los protocolos.

    El virus de la gripe puede transmitirse incluso antes de haber manifestado sus síntomas. Obviamente, en esa fase, el desconocimiento hace imposible la toma de medidas, pero una vez que se ha detectado la enfermedad, lo prudente es seguir una serie de pautas para impedir el contagio:

  • No automedicarse con antibióticos.

    Automedicarse está siempre desaconsejado pero especialmente en el caso de los antibióticos. Cuando se abusa de ellos el cuerpo desarrolla resistencia bacteriana y dejan de ser eficaces frente a futuras infecciones. Los antibióticos -diseñados para combatir a las bacterias- no son efectivos frente a los virus que originan la gripe: no alivian los síntomas ni reducen los tiempos de recuperación.

  • Ingerir abundante líquido.

    Una de las consecuencias directas de la fiebre es la deshidratación. Es beneficioso beber agua, infusiones, zumos y caldos. Algunos estudios han hallado evidencias del efecto antiinflamatorio -generado por las vitaminas y los nutrientes del caldo de pollo, que frena el desarrollo de los leucocitos relacionados con las mucosidades.

  • Pasar 24 horas sin fiebre antes de salir de casa.

    Si fuera imprescindible salir al exterior, sería adecuado llevar una máscara quirúrgica para no contagiar a los demás.

  • Ir al médico mediante video-consulta.

    Así no resulta necesario salir de casa, lo cual ayuda a que la enfermedad no se siga transmitiendo y, además, se reduce la afluencia a las urgencias de los hospitales y de los centros médicos.

  • Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo desechable

    Al toser o estornudar se propagan incontroladamente los virus de la gripe. Por ello, es recomendable taparse la boca y la nariz con un pañuelo de usar y tirar, evitando siempre que sea posible el contacto directo con las manos.

    1. Extremar la higiene de las manos.

      Las manos –permanentemente en contacto con el cuerpo y con todo tipo de superficies- son una de las principales vías de contagio. Al hablar, estornudar o toser se emiten fluidos que pueden permanecer hasta cinco minutos en ellas. Si en ese intervalo hay un contacto con otra persona o superficie, la cadena del contagio prosigue y aumenta el número de afectados. Lo aconsejable es lavarse las manos en profundidad, cinco veces al día y también en el caso de que se utilicen para tapar la boca o la nariz.

  1. Hogares sin virus.

    Tras una semana albergando a una persona con gripe, el ambiente, el mobiliario y el resto de objetos de una casa se convierten en un depósito ideal para los virus, que son capaces de sobrevivir durante días. El primer paso es retirar todos los textiles que hayan estado en contacto con el enfermo (sábanas, mantas, ropa…), después ventilar prolongadamente la casa y, por último, desinfectar con lejía todas las superficies. De esta forma, conseguiremos eliminar de forma definitiva los virus.

Vacunarse, adquirir costumbres saludables, no permanecer en ambientes secos y fríos, acentuar la higiene en las manos y conseguir un hogar libre de virus son algunos de los consejos clave para reducir las posibilidades de padecer la gripe y para detener la cadena de contagio.